Precursor de las ciencias escolares
Profesor y Catedrático de Física y Química y autor de varios libros, entre los que destacan ‘Las medidas del Universo’, publicado por el Museo de Ciencias ‘Príncipe Felipe’ de Valencia. Durante su período escolar, siempre destacó por ser un alumno brillante. Fue becado a los doce años para completar sus estudios al Instituto La Rosaleda de Málaga, que por aquel entonces se llamaba Escuela Franco. Dicho centro marcaría para siempre su vida profesional, pues tuvo mucho que ver con el desarrollo de su carrera. En los años setenta, conoció el Museo de Ciencias de Londres, donde el visitante era más allá que un espectador, pudiendo interactuar con los distintos módulos de experimentación.
Como docente, destacó por promover insistentemente las actividades extraescolares. Dentro de ese afán, fundaría a finales de los setenta el Club Científico Albert Einstein, con la intención de promover entre los jóvenes escolares el interés por las ciencias, llevándolas fuera de las aulas y haciéndolas más accesibles. El club se dedicó a la observación astronómica y, ya en la década de los ochenta, se fabricaron módulos interactivos similares a los vistos por Tomás en los museos científicos europeos, en los que emplearía materiales reciclados o de bajo coste. Desde 1988 a 2003, organizó la Semana de la Ciencia, que tuvo muy buena acogida por parte de los colegios de la provincia.
Fue promotor de la Asociación MECYT (Museo Escolar de Ciencia y Tecnología) en 1993, que culminó con la exposición ‘El mes de las Ciencias’, desarrollada en el Parque Tecnológico de Andalucía durante 1994. Su éxito facilitó que las instituciones colaboraran en un proyecto que dotaría a Málaga de un Museo de Ciencias de carácter escolar, que abrió sus puertas en 1999, junto al Instituto La Rosaleda. El Museo Escolar de Ciencia y Tecnología fue el origen del actual Centro Principia de Málaga. Hormigo colaboró durante toda su vida en diversos grupos y actividades culturales, como el Centro Cultural de Estepona, de relevancia durante la Transición española.
Era un gran conocedor y amante de la astronomía, por lo que colaboraba activamente en la Sociedad Malagueña de Astronomía y Agrupación Sirio de Málaga. Desde 1990, promovió la Asociación Cultural Faro de Estepona. También participó en stands expositivos en las Semanas Culturales de Benagalbón y en visitas a institutos de la provincia, donde destacó como conferenciante y divulgador.
Tras una larga enfermedad, Tomás Hormigo falleció en la capital malagueña, en mayo de 2004. Tras su desaparición, dio nombre al Instituto de Enseñanza Secundaria de Cancelada, en Estepona, y se inauguraron en su honor la Plaza de las Estrellas de Casarabonela y la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del IES La Rosaleda.