El cántico de Córdoba
Poeta español, perteneciente al Grupo Cántico, formado por artistas enmarcados entre la Primera generación de posguerra y la Generación del 50. Cursó el bachillerato en el colegio de los Maristas y estudió pintura e historia del arte en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, donde entabló amistad con el pintor de Torredonjimeno Ginés Liébana. Desde muy joven empezó a leer a poetas como San Juan de la Cruz y frecuentaba la Biblioteca Provincial. Allí conocería a Juan Bernier, quien le descubrió a grandes escritores como Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén y, sobre todo, Luis Cernuda. Ya de adolescente, publicó algunos poemas y dibujos en la prensa local que firmaba bajo el seudónimo de Luis de Cárdenas.
En 1942, estrenó en Córdoba una versión teatral de cuatro poemas de San Juan de la Cruz. Su primer libro de poemas, titulado ‘Rumor oculto’, fue publicado en la revista Fantasía en 1946. Al año siguiente, él y su amigo Ricardo Molina se apuntaron para ganar el Premio Adonáis de poesía. Al no alcanzar su objetivo, fundaron su propia revista junto a Juan Bernier, Julio Aumente, Mario López, Miguel del Moral y Ginés Liébana: Cántico. Esta será una de las publicaciones más importantes de la Posguerra española. Este grupo de artistas reivindicaba una mayor exigencia formal y estética y una mayor sensualidad, tomando como referencia a los autores de la Generación del 27, especialmente a Luis Cernuda.
La poesía de García Baena, con un estilo barroco, vitalista y exaltado, influyó entre los escritores noveles e hizo de puente entre el 27 y los Novísimos. Entre ‘Óleo’, escrita en 1958, y ‘Almoneda’, de 1971, tuvo una etapa de largo silencio que le sirvió para conocer mundo. En la década de los sesenta, viajaría a Francia, Italia, Grecia, Egipto y Estados Unidos. A su regreso, en 1965, se instaló en la Costa del Sol, residiendo en Torremolinos y Benalmádena, donde trabajó en un anticuario. En 2004, volvió a su Córdoba natal. Durante estos años, colaboró en distintos diarios nacionales y realizó lecturas y conferencias en diferentes centros culturales del país.
En 1984, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y la Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba. Cuatro años más tarde, fue declarado Hijo Predilecto de Andalucía. En 1989, fue galardonado con el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla por ‘Fieles guirnaldas fugitivas’ y, en 1992, con el Premio Andalucía de las Letras. En 2004, recibió la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga, en la que pasó una gran parte de su vida. También fue director de la Comisión Asesora del Centro Andaluz de las Letras.
Su poesía, de aires gongorinos y cierta sensualidad, incluye también la temática religiosa de los ritos y las procesiones. Su obra poética se encuentra reunida, a modo de antología, en ‘Poesía completa (1940-2008). En sus últimos años, ganó el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca. Falleció a los noventa y seis años en su tierra, por causas naturales, en enero de 2018.