Proyecto Atalaya

Manolo Caracol

Sevilla, 1909 – Madrid, 1973

El quejío más profundo

Manuel Ortega Juárez, cantaor de gran popularidad durante el siglo XX. Podía interpretar la mayoría de palos del flamenco, aunque destacaba en el fandango y en la zambra. Su principal aporte al género fue el acompañamiento ocasional de sus cantes con piano u orquesta. El sevillano venía de una larga estirpe gitana dedicada al mundo del flamenco y los toros: era tataranieto de El Planeta, uno de los primeros cantaores de los que existen referencias; también fue familia de otros artistas como El Fillo, El Mellizo o el torero Paquiro, al que Lorca dedicó el conocido poema ‘En el Café de Chinitas’. Su padre fue mozo de espadas de su primo Joselito el Gallo y tenía parentesco con el cantante Manzanita.

Nació en el Corral de los Frailes, cerca de la Alameda de Hércules de Sevilla. Empezó a cantar de muy niño por las tabernas de la ciudad, ganando su primer premio en el Concurso de Cante Jondo de Granada con tan solo doce años. Tras su aclamado éxito, empezó a participar en distintos espectáculos. Lo hizo por primera vez en el Teatro Reina Victoria de Sevilla, debutando en Madrid en 1922. Ocho años más tarde, contrajo matrimonio con Luisa Gómez, grabó su primer disco y estableció su residencia en Madrid.

Tras el estallido de la Guerra Civil, Caracol trató de sobrevivir con el teatro, dejando atrás las fiestas privadas en las que cantaba. Diseñó un espectáculo junto a la Niña de los Peines y Pepe Pinto, mezclando baile, cante e interpretación junto una orquestación completa. En 1944 inicia su colaboración con Lola Flores y empezaron a planear una serie de planes comunes relacionados con sus ideas de estampas escenificadas. Debutaron en Valencia con ‘Zambra’ ese mismo año, obteniendo un éxito impresionante. Giraron por España hasta 1950, año en que se separaron. Durante esos años, grabaron varias películas como ‘Embrujo’ o ‘La niña de la venta’.

La grabación discográfica que lo consagraría definitivamente fue ‘Una historia del cante flamenco’, grabada en 1958, en la que Caracol fue acompañado por la guitarra de Melchor de Marchena. Los veinticuatro temas del álbum recorrían distintos palos como el martinete, las malagueñas, las seguiriyas o la saeta, haciendo un original recorrido por la historia del cante. Aunque era un artista excepcional, por otro lado, era bastante irregular en sus actuaciones. Su peculiaridad no estuvo bien vista por el público ortodoxo, que no aceptaba el acompañamiento de piano u orquesta en sus interpretaciones.

En 1963, inauguró el tablao Los Canasteros, al que dedicaría el resto de su vida, por el que pasaron los artistas más destacados de la época. Caracol murió el 24 de febrero de 1973, en un accidente de tráfico en Madrid, cuando se desplazaba al local que regentaba.

En detalle:
· Es uno de cantaores más seguidos y escuchados por los artistas noveles que se inician en el mundo del flamenco.

· Su hija, Luisa Ortega, fue una notable cantante de copla que, como curiosidad, estrenó la popular copla 'Ay pena, penita'.

· Las actuaciones de Caracol con Lola Flores llenaban de magia el escenario, él al cante y ella al baile, destacando en zambras como 'La Salvaora' y 'La niña de fuego'.

· Manuel Pareja-Obregón le dedicó una sevillana, interpretada por el grupo Los Marismeños, que ha quedado para la historia por su hermosa calidad poética.

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