Proyecto Atalaya

Luis Rosales

Granada, 1910 – Madrid, 1992

El poeta de lo cotidiano

Poeta y ensayista español de la Generación del 36. Miembro de la Real Academia Española y de la Hispanic Society of America desde 1962, obtuvo el Premio Cervantes en 1982 por el conjunto de su obra literaria. Nacido en el seno de una familia muy conservadora, sus inicios literarios se relacionan con los artistas de la revista Gallo, como Federico García Lorca o Manuel López Banús. Tras publicar algunos de sus textos en la revista vanguardista Granada Gráfica, realizó su primera lectura de poemas en el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, que fue considerado un éxito. Poco después, inició sus estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada. En 1932, se trasladó a Madrid, donde obtuvo el doctorado en Filología.

En la capital, entabló amistad con Pedro Salinas y Jorge Guillén, que lo introdujeron en Los Cuatro Vientos, la última revista colectiva del grupo de poetas de la Generación del 27. Allí publicaría sus primeros poemas: ‘Égloga del sueño’ y ‘Oda del ansia’. Siguió escribiendo para Cruz y Raya, revista dirigida por José Bergamín. También publicó en Vértice y en Caballo Verde para la Poesía, comandada por Pablo Neruda y donde colaboraban autores de la talla de Vicente Aleixandre y Miguel Hernández. También conocería en Madrid a Leopoldo María Panero y Luis Felipe Vivanco, compañeros de la que se denominará como Generación del 96.

En agosto de 1936, su amigo Federico García Lorca se refugió en su casa para salvarse de las represalias falangistas, pero no pudo evitar su arresto y posterior ejecución, a pesar de su posición política dentro de la derecha granadina. Esa muerte, junto a la de Joaquín Amigo, marcó su personalidad literaria. En 1937, publicó en el diario Patria de Granada la elegía ‘La voz de los muertos’, probablemente uno de los textos más importantes escritos durante la Guerra Civil, que dedicaba a las víctimas de ambos bandos. Durante los años cincuenta, fue secretario de redacción y director de Cuadernos Hispanoamericanos. Por su parte, participó en la “misión poética” con los poetas Antonio Zubiaurre, Leopoldo María Panero y el embajador Agustín de Foxá, recorriendo diferentes países iberoamericanos, previo al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre estos y el régimen de Franco.

Fue miembro del Consejo Privado del Conde de Barcelona, apostando activamente por la unión de izquierdas y derechas por unirse y apoyar la restauración de la monarquía en España. En su residencia de verano en el municipio madrileño de Cercedilla, escribió la mayoría de sus libros de poesía a partir de 1968. En 1970, fue nombrado asesor del director del Instituto de Cultura Hispánica y, en 1973, director del Departamento de Actividades Culturales de dicho centro. En 1982, fue galardonado con el Premio Cervantes.

Entre 1986 y 1992, colaboró de manera periódica en el diario ABC, escribiendo sobre música, pintura y literatura. Entre sus aportaciones, destacaron ‘La originalidad de la segunda parte del Quijote’, ‘El libro de los gorriones’, ‘Rafael Alberti o la libertad poética’ o ‘La temporalidad de Antonio Machado’. Falleció en octubre de 1992, a la edad de ochenta y dos años, por una hemorragia cerebral.

En detalle:
· Su obra fue evolucionando desde el clasicismo a un estilo propio, cercano al vanguardismo surrealista.

· Los estudiosos califican su estilo como la "poesía de lo cotidiano". Sus temas principales eran el amor, la memoria, el recuerdo y el sentimiento religioso.

· Escribió en la revista Los Cuatro Vientos junto a nombres tan importantes como Miguel de Unamuno, María Zambrano o Vicente Aleixandre.

· Dirigió Nueva Estafeta, revista única en su época por incorporar entre sus colaboraciones obras escritas en castellano, catalán, euskera o gallego.

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