Atormentado y expresionista
Imaginero y escultor español, uno de los máximos exponentes de la imaginería procesional contemporánea. Nacido en el municipio gaditano de San Roque, desde niño se inicia en el modelado de barro con su padre, que era alfarero. Desde los quince años, se forma en escultura en la Escuela de Artes y Oficios de La Línea de la Concepción. La Guerra Civil marcó su juventud; sus padres fueron fusilados durante la contienda por sus ideas republicanas y él fue condenado en 1940 a tres años de prisión por un delito de auxilio a la rebelión.
En 1943, es galardonado con el primer premio del Certamen de Escultura de Cádiz por su obra ‘Los Titanes’. Su éxito le llevaría a Sevilla, ingresando en 1945 Escuela de Artes Aplicadas de la capital. Allí tendría como profesor al gaditano Juan Luis Vasallo, uno de los grandes autores de la escultura andaluza del siglo XX. En 1952, contrae matrimonio con Carmen León Ortega, con quien tendría cuatro hijos; uno de ellos, Luis Ortega León, seguiría los pasos de su padre en el mundo de la imaginería. La principal de obra de Ortega Bru en esta etapa fue el misterio del Traslado al Sepulcro, de la hermandad sevillana de Santa Marta, por el que recibe la Encomienda de Alfonso X El Sabio en 1953.
El escultor entabla relación con el pintor Romero Ressendi, con quien los expertos evidencian similitudes estéticas, que intentaba buscar la ruptura con la estética tradicional sevillana a través del expresionismo y evitando la idealización. En 1955, Bru se instala en Madrid para realizar unos relieves en bronce para la puerta de la secretaría de Estado del Vaticano. Allí ocupará el cargo de maestro escultor en los Talleres Granda. Es en la capital donde evoluciona a una etapa más castellana, con clara influencia de pintores y escultores manieristas como El Greco o Berruguete.
Siempre mostró un afán por renovar la imaginería a través de la experimentación en la policromía de sus tallas, la estética de la madera, el contraste entre las texturas y la reducción geométrica de las formas. Con toda esta variedad de rasgos, ampliaría su producción de obras profanas, donde el artista podía ser mucho más innovador que en las tallas encargadas por el mundo cofrade, mucho más tradicional y anclado en el Neobarroco. Pero también tuvo la oportunidad de adentrarse en él con obras tan notables como el misterio del Descendimiento de Jerez de la Frontera, los grupos de la Resurrección y la Piedad de San Roque o el retablo mayor de la ermita de la Vera+Cruz de Manzanares, realizados entre 1957 y 1968.
Entre 1967 y 1972, impartirá clases de modelado en la Escuela de Decoración de San Dionisio, en Jerez de la Frontera. Tras regresar a Madrid, vuelve a recibir encargos de la Semana Santa sevillana, donde se trasladaría en 1978. Allí dará vida a la popular imagen de Jesús del Soberano Poder ante Caifás, de la hermandad trianera de San Gonzalo; el apostolado del misterio de la Sagrada Cena Sacramental sevillana; el Nazareno de Pasión de Málaga, y el Crucificado del Perdón de Cádiz. En 1982 fallece en la ciudad hispalense; sus restos reposan a los pies del misterio de Santa Marta, en la céntrica parroquia de San Andrés.