La cima del regionalismo
Arquitecto español, principal referente de la arquitectura regionalista sevillana. Fue el arquitecto director de la Exposición Iberoamericana desde 1911 a 1926. En la década de 1920, fue presidente de la Asociación de Arquitectos de Andalucía y vicepresidente del Ateneo de Sevilla. Estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, obteniendo los mejores resultados académicos de su promoción. Uno de sus profesores fue Ricardo Velázquez Bosco, máximo exponente del estilo arquitectónico Segundo Imperio y uno de los principales arquitectos eclecticistas de la España del primer tercio del siglo XX. También influyó en su carrera Vicente Lampérez, importante restaurador, arquitecto e historiador del arte y miembro de la Real Academia de la Historia.
Tras finalizar sus estudios, se casó con Ana Gómez Millán, hija del también arquitecto José Gómez Otero. Con su esposa, recorrió toda España y algunos lugares de Italia, Francia y Reino Unido, visitando algunos de sus edificios históricos. Entre 1909 y 1920, se centró el historicismo arquitectónico, especialmente el neomudéjar. En 1910, participó en el concurso de proyectos para el recinto de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, siéndole adjudicada la dirección de las obras de la muestra. En 1920, sufrió un atentado fallido en un contexto de huelga en el oficio de la construcción. Ese mismo año, fue condecorado con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica. En 1929, fue nombrado hijo predilecto de su localidad.
Su proyecto de la Exposición Iberoamericana fue clave en su actividad profesional, lo que supuso la principal fuente de prestigio como arquitecto. Como obras principales de su proyecto original, se ejecutaron tres palacios entre 1913 y 1919: el pabellón de la Industria, Manufacturas y Artes Decorativas, actualmente denominado pabellón Mudéjar, que alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares; el pabellón de Bellas Artes, conocido como pabellón Renacimiento, que alberga Museo Arqueológico, y el pabellón Real. Los tres se encuentran en el entorno de la Plaza de América, una de las creaciones más importantes del Regionalismo sevillano.
Su obra de mayor calado fue la Plaza de España, construida entre 1914 y 1928. El conjunto está formado por una plaza semicircular, bordeada por un canal de agua que es atravesado por cuatro puentes. La construcción, así como el gran palacio que la rodea, está realizada con ladrillo visto y múltiples decoraciones de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y mármol labrado.
José Cruz-Conde, que sustituía en el cargo de Comisario Regio de la Exposición al Conde de Colombí, consideraba que el ritmo constructivo de González en la plaza de España era demasiado lento, por lo que le preocupaba que no pudiera dar tiempo a edificar otros pabellones extranjeros, así como el casino, el arco conmemorativo y la Universidad Hispanoamericana. Además, el presupuesto se redujo considerablemente, hecho que impidió que algunas obras diseñadas no pudieran llevarse a cabo. Las desavenencias con Cruz-Conde llevaron a la dimisión de Aníbal en 1926. Fue sustituido por Vicente Traver, que realizó el casino y el teatro, actual Lope de Vega.
González murió a la edad de cincuenta y tres años, con poco dinero y muchas deudas, que fueron pagadas a través de donaciones populares.