Con motivo del bicentenario de la muerte del insigne científico y botánico gaditano Celestino Mutis la Kursala ofrece una exposición fotográfica colectiva de los autores que han expuesto en la su trabajo en la primera temporada de la Kursala (2007-08). Pretende rendir un homenaje al tratar de rememorar a Celestino Mutis y su disciplina académica, la botánica, desde la creación artística.
Cesc Moliné presenta “Notebook Reflections”, realiza una composición basada en el retrato entendido como recuperación de la memoria, como revisitación del pasado y como acto de testimonio. Sus modelos son voluntarios americanos que lucharon por la República Española en el 36 y que aún permanecen vivos. Los testimonios se presentan en forma de dípticos acompañados de una instalación sonora con su relato. Prevalece el contexto escenográfico y los objetos de adorno, muy al estilo del siglo XIX. Sugiere una visión de Celestino Mutis en tanto que pensador y promotor de conocimiento, entendido en el conjunto de pensadores e intelectuales iluministas que desarrollaron al máximo los límites del conocimiento de su momento.
Aleix Plademut cuestiona la intervención del hombre en el paisaje, en sus Plantas Alóctonas, describe la relación entre lo agreste de unas plantas que sobreviven de manera salvaje e incontrolada en un entorno hostil y lo agresivo de los signos de la presencia humana manifestada en forma de unas construcciones arquitectónicas cementeras tan invasivas y vejatorias para el paisaje como las propias plantas que se muestran en primer plano.
En “Distopia” de Manuel Pérez Pavón también reflexiona sobre una hipótesis de futuro de claros tintes pesimistas para con el mundo vegetal. Contempla un triste porvenir de resignación ante la pérdida del mundo vegetal, un mundo con una Naturaleza tan denostada que ha llegado a desaparecer la posibilidad de tener plantas en casa viéndonos obligados a utilizar a cambio sus representaciones fotográficas. Acompaña a la obra un texto que ofrece un delicado paralelismo entre la pérdida de un amor y la pérdida de la existencia física de las plantas.
Oscar Molina con su Petite histoire du tiempos ofrece unas 80 fotografías en blanco y negro, que se nutren del diario y que él denomina “en color” en las que pretende demostrar al lector que debe tener un papel mucho más activo en la recepción de las imágenes y debe saber buscar mayores y más ricos significados en un orden mucho más contemplativo y metafórico
Lucía Crepaldi propone una imagen en la que integra botánica y anatomía en Anatomía de una flor, una obra sensible con connotaciones relativas a su propia existencia personal. Con la idea de que fotografiar el cuerpo es fotografiar el soporte físico de la propia identidad y biografía. En este caso auna el propio cuerpo con la idea de la lámina botánica del XVIII y XIX. “Me tatué hace 7 meses. Son flores y hojas simples y muy planas, sin color. Están en mis pechos y encubren una cicatriz que tengo hace más de 10 años. Así hice una lámina botánica pero utilizando mi tatuaje con su codificación, nomenclatura y numeración científica”.
Por último, Toni Catany, especialista en bodegón y naturalezas muertas, presenta Tulipa Seca, que muestra una belleza decadente de lo ya muerto.